Nadie hará que la sonrisa se borre de mi cara.

Por mas que la gente lo intenta no entiende que jamás aran que mi autoestima este por los suelos, gracias a sus insultos, a la mierda que intentan meter en mi vida a diario, en los comentarios, en las mascaras que día a día me enseñan sin querer, gracias a todo eso, ahora soy mas fuerte que ayer, pero menos que mañana. Ahora afirmo y pondría la mano en el fuego de que nada más tropezar con una piedra y caer, en apenas segundos estaré de nuevo en pie, a si que no penséis que soy la tonta de antes, de la que se aprovechaban, de la que se reían, de la que pensaban que no se daba cuenta de las cosas, ahora e cambiado, y ni tu ni nadie ara que mi sonrisa se borre de mi cara.

jueves, 3 de marzo de 2011

Vergüenza.

Vergüenza, esa palabra que tantos usan, pero que muy pocos saben lo que se siente pasándola.
La vergüenza es un miedo, uno de los más gordos, que te impide hacer muchas cosas. Para mí, es la impotencia que siento al no poder decirte lo que te quiero, a ni siquiera dirigirte la palabra. A mirarte durante horas y horas, pero al ver que te das cuenta, apartar la mirada. Sentirme obligada a estar donde tú estás, pero al instante querer irme ya que te has dado cuenta de que estoy allí por ti. Cuando siento tu presencia a mi lado y no me atrevo ni a mirarte a la cara. A no mostrar como soy realmente por miedo a que la gente se ría de mí. Y es que tendemos a ser vergonzosos por el miedo a equivocarnos, sí, a decir lo que pensamos y que la gente no esté de acuerdo o que se burlen de nosotros por lo que hemos dicho. Pero, como he dicho antes, la vergüenza es un miedo y los miedos se superan. Poco a poco estoy consiguiendo superarlo. Pero... ¿Seré capaz algún día de hablarte y decirte lo que siento? No creo, aún falta mucho para eso. Y cuando esté preparada, ya será demasiado tarde... Te habrás ido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario